Definición de dormir y tipos de sueño

Dormir es una necesidad fisiológica que el individuo tiene durante toda la vida. El sueño es un proceso en el que se produce una alteración de la consciencia y aunque mientras dormimos no somos conscientes del mundo que nos rodea, sin embargo, estas circunstancias determinan que tengamos un sueño saludable.

El sueño consta de 2 fases: sueño No REM y sueño REM. REM son las iniciales de Rapid Eyes Movement (Movimiento Rápido de Ojos). Éste movimiento de ojos es el que diferencia a una fase de la otra.

Es la fase tranquila o descansada del sueño y pasa en cuatro fases del sueño más ligero al más profundo.

ETAPA I: es la fase del sueño ligero y en ella aún se perciben la mayoría de estímulos que suceden a nuestro alrededor. El sueño es poco reparador y el tono muscular comienza a disminuir.

ETAPA II: bloqueo en la recepción de la información sensorial. El sueño es parcialmente reparador y el tono muscular es aún menor.

ETAPA III: el bloqueo sensorial es más intenso y el sueño más profundo. Esta etapa es esencial para el descanso de la persona.

ETAPA IV: es la de mayor profundidad del sueño. Es esencial para la restauración física y psíquica del organismo. En esta etapa pueden aparecer ensueños en forma de imágenes, luces o figuras vagas, pero nunca en forma de historia.

Aparece tras las cuatro etapas anteriores y en ella se producen movimientos oculares rápidos. El tono muscular es nulo y es la fase en la que aparecen los ensueños típicos presentados en forma de narración.

Todas estas etapas suelen repetirse ciclicamente a lo largo de la noche. En un periodo de sueño de 7 a 8 horas suele repetirse esta ciclo de 4 a 6 veces, durando aproximadamente unos 90 minutos. El sueño No REM tiende a concentrarse durante el primer terció de la noche, mientras que el sueño REM aparece con mayor duración en el último tercio.

Todos conocemos la importancia que tiene el sueño en nuestra vida, ya que se calcula que pasamos una tercera parte de ella durmiendo, pero depende principalmente de nuestra edad.

Los bebés duermen cerca de 17 horas al día, que se reducen a 9 o 10 horas cuando se van haciendo mayores. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño cada noche, aunque estas serán menos según el individuo envejezca.